En "Espíritus del vudú", Wilbert plasma una colorista y enérgica representación de figuras espirituales que nos hablan de un universo cultural rico y complejo. Las dimensiones de la obra, 140 cm por 90 cm, albergan una escena en la que vibrantes motivos y atrevidos colores captan la esencia de una práctica espiritual arraigada en la historia y las tradiciones del Caribe. Cada espíritu, delineado con meticulosa atención al detalle y rodeado de enigmáticos símbolos, refleja una emoción distinta, creando un mosaico de expresiones que invitan a la reflexión. La obra está impregnada de una energía dinámica, un tributo a las creencias y rituales que forman el tejido de las comunidades que celebran el vudú, transmitiendo respeto y admiración por estas tradiciones.